Por Juan Tomás Valenzuela
Cuando Danilo y Miguel
repartieron el bizcocho,
se armó tremendo sancocho
con la gente de Miguel,
Los pedazos del pastel
en manos perredeistas,
no alcanzaba pa’la lista
de «valiosos compañeros»
y se ha armado un reperpero
en el clan peñagomista.
Miguel dijo a César Mella
que se baje de esa silla,
enviándole una cartilla
hecha en forma de querella.
Le dijo que esa botella
él fue que se la otorgó,
«-Tu tiempo ya se venció,
puedes ir desalojando,
pues ya estamos negociando,
Peralta, Fiquito y yo.»
Con todo este mamotreto
que se ha armado en el seguro,
no se como este samuro
aguanta tanto irrespeto.
¿Él necesita un decreto,
pa’que le quiten la silla?
¿va a estar fumando colillas
un hombre tan exitoso?
¿Va a dejar echarse al pozo
por Vargas y su camarilla?
Yo le pido a César Mella
que actúe con mucho juicio,
que no vale el sacrificio
que pueda apagar su estrella.
Que si con la carta aquella
que le hizo llegar Miguel,
lo separan de un poder
del que él no es compromisario,
que no sufra ese calvario
¡Déjele eso al canciller!
22 noviembre 2017